Profundamente arraigada en el patrimonio cultural de Escocia, la música tradicional escocesa, a menudo sinónimo de música folclórica o popular escocesa, abarca una amplia variedad de estilos, desde las baladas hasta los reels, (danzas populares escocesas, a menudo con un ritmo vivo y una interpretación a velocidad rápida), jigs (danzas folclóricas que suelen estructurarse en un compás de 6/8) y los airs (melodías lentas). Con orígenes milenarios, la música tradicional ocupa un lugar muy importante en el patrimonio musical de Escocia.
Emblemáticos instrumentos escoceses como la gaita se asocian desde hace tiempo a este género, cuyo legado se remonta al siglo XV. Sin embargo, el panorama músical escocés va mucho más allá de las gaitas. La música escocesa se remonta a hace más de 2.300 años, cuando se descubrió el primer instrumento de cuerda de Europa occidental: un artefacto similar a una lira encontrado en la isla de Skye.
Los primeros vestigios publicados de música escocesa se remontan a 1662, cuando John Forbes, de Aberdeen, publicó la primera música secular en Escocia. Se trata de la primera publicación conocida de una colección que incluía canciones tradicionales escocesas. Sin embargo, The Scots Musical Museum, publicada en 1787, continúa siendo una de las recopilaciones más populares de música folclórica tradicional escocesa.